ASESINOS DE JANO FERNANDEZ RESPONDERIAN A UNA PATOTA SINDICAL

Si bien los apresados se negaron a declarar ante la jueza de Instrucción María Fontbona de Pombo, trascendió que entre ellos surgieron “fuertes diferencias” y que inclusive Horisberger -conocido por su seudónimo de “Papelito”, por su labor de repositor externo en las góndolas de papel higiénico y afines- le reprochó que “habían matado a un pibe que no tiene nada que ver”, antes de bajarse del auto y marcharse hacia su casa, en la localidad de La Tablada del partido de La Matanza. En tal sentido, el dato que manejan los investigadores y serviría para “el vuelco total del expediente” es que en esa noche/madrugada estos jóvenes se movilizaban en el Fiat Palio -del padre de Bufaño, quien salió a pedirle perdón a la familia de Jano Fernández- en una recorrida “típica de una patota sindical, “barriendo” la zona de Once para amenazar o directamente agredir a activistas de una lista opositora”. Por otra parte, algunas de estas “prácticas de apriete”, figurarían en los antecedentes penales de los detenidos, quienes habrían estado involucrados en causas por “amenazas calificadas”, por el uso de armas de fuego. Por otra parte, la semana próxima vence el plazo para que la jueza Fontbona de Pombo -que mantiene un “estricto secreto de sumario”- dicte el procesamiento o no de los imputados, quienes quedaron alojados en distintos pabellones del complejo penitenciario de Ezeiza y cada uno de ellos estarían siguiendo distintas estrategias defensistas, ya que la organización sindical para la cual “trabajaban” les habría “soltado la mano”, al conocerse el trágico desenlace a la agresión a la víctima.